Eugène Viollet-le-Duc fue un arquitecto y teorista francés reconocido por las restauraciones de edificios medievales que realizó para revivir el estilo gótico. Después de viajar por Italia y por diferentes ciudades de su país natal y observar la calidad de las obras antiguas rechazó las enseñanzas de la Escuela de las Bellas Artes francesa y se dedicó a restaurar construcciones de gran calado historicista.
Viollet-le-Duc buscó por medio de las restauraciones mejorar el estado original de la obra más que recuperarla, razón por la cual fue muy criticado ya que añadía y quitaba elementos y ocasionaba que la obra perdiera una vigencia actual de estilo pero recobraba una vitalidad impresionante. Se debe recalcar que antes de intervenir, el francés estudiaba muy a fondo la obra principalmente sus elementos estructurales de los cuales se sorprendía por las grandiosas aportaciones góticas en este ámbito. También estudiaba arqueológicamente los edificios para conocer su realidad y esencia.
Por otra parte, se le reconocen muchas aportaciones teóricas a la arquitectura por su uso de metodologías racionales a través de las cuales se contraponía al historicismo romántico. Sus teorías establecían que para restaurar una obra se debe entrar en la piel y la mente del arquitecto original para lograr entender el espíritu de la obra. Además, decía el francés que la intención de una restauración era devolverle al edificio su forma prístina por coherencia y siguiendo el mismo estilo en el que fue construido primeramente ya que esto era la esencia de la obra. Estas teorías aumentaron el gusto y la importancia por la arquitectura medieval, especialmente la arquitectura gótica, de la cual, mencionaba que era la más desarrollada. Posteriormente, arquitectos como Gaudí y Guimard retomaron sus teorías para aplicarlas en sus respectivos proyectos.
John Ruskin, por otra parte, argumentaba lo contrario en cuanto a las restauraciones. El escritor inglés defendía la conservación ya que a su parecer la combinación de hechos históricos y libertad artística es el peor de los daños que se le puede hacer a una obra, haciendo una descripción falsa y destruyendo la esencia del edificio original por completo.
A pesar de sus teorías y normas a seguir en las restauraciones, se le criticó por contradecirse en su trabajo ya que en varias ocasiones cambiaba ciertos elementos de los originales y borraba un poco del valor histórico y artístico de estas obras. No obstante, sus intervenciones y aportaciones al neogótico fueron muy notorias y su influencia en la arquitectura de esa época fue enorme.
En diferentes textos menciona que el estilo es a la obra de arte, lo que la sangre es al cuerpo humano. Aquí nos da a entender la necesidad de prescindir en base a actitudes subjetivas en la restauración. Sus obras en los diferentes monumentos franceses siempre tienen la tendencia por primacía del estilo gótico, inspirado por lo medieval, Viollet-le-Duc considera este estilo como superior desde el punto de vista técnico como estético.
La referencia a la unidad que perseguía resaltar los aspectos medievales del edificio, lo cual obligaba a eliminar o al menos alterar los elementos inferiores añadidos con posterioridad en los momentos renacentista, barroco o neoclásico.
En muchas ocasiones, las intervenciones violletianas provocaron la desaparición de añadidos con calidad y valor histórico artístico, así como causaron la ruptura del proceso vital de la obra artística: el intervencionismo borraba las variadas huellas que señalaban el paso del tiempo en el edificio.
La teoría de Viollet-le-Duc hace referencia a la unidad, en esto defiende la conservación frente a la restauración. Su influencia ha sido muy importante en toda Europa, su arte medieval es profundo y aunque no nació en la época del auge gótico, es considerado como un arquitecto de suma importancia y aportación para este estilo.
La restauración y la crítica arquitectónica eran las áreas en las que se especializaba Viollet-le-Duc, uniendo el historicismo ecléctico con la arquitectura de su época. Entre las razones por las que destaca, encontramos que fue uno de los primeros del funcionalismo, y por su restauración de obras góticas. Viollet-le-Duc veía en la arquitectura histórica principios consistentes formales y constructivos, llegando a creer que estos principios eran universales. Las prácticas del pasado las tomaba para incorporarlas a su tiempo. Viollet-le-Duc tenía fuertes ideas funcionalistas, tal como se refleja en esta cita “nada haya en la representación que no esté también en la función”.
Su teoría se refleja en su escrito “Entretiens sur l’Architecture”, donde dice “…Es en este sentido en el que quiero escribir sobre arquitectura; buscando la razón de todas las formas, porque cada forma tiene su razón, indicando los orígenes de los diversos principios y sus consecuencias lógicas, analizando las más ricas producciones de estos principios y, también, mostrándolos con sus cualidades y sus defectos; evidenciando las aplicaciones que podemos hacer hoy de las artes antiguas”. Viollet-le-Duc opinaba que la manifestación del arte es un proceso de comunicación más alto, pero que también tiene como principio satisfacer las exigencias prácticas y materiales.
Las exigencias y el sentimiento nacionalista contemporáneos lo hicieron girar la vista hacia el patrimonio artístico de su país, dándoles un nuevo valor. El arte podía ser encontrado en todos lados, ya que por ser arte tiene un valor independiente. Es por este pensamiento que revaloriza los periodos y civilizaciones artísticas que antes de consideraban primitivos y decadentes. Las causas del gótico, las relaciones entre las construcciones y los aspectos políticos, sociales y organizativos, es lo que le hizo adquirir gusto por el gótico; un conocimiento que consideraba fundamental para su cultura contemporánea. El conocimiento que tenía del arte gótico tiene que ver con su trabajo como restaurador, una razón que también lo llevó a ser uno de los primeros que estudiaron e intervinieron en el patrimonio artístico abandonado de la arquitectura gótica francesa. Viollet-le-Duc opinaba que una de las cosas que más distinguían al gótico era su aspecto social, consideraba que los artistas de esa época eran “los primeros apóstoles de la redención de las clases oprimidas”. El trabajo del hombre se veía elevado y los materiales economizados, las masas formaban una unidad mientras conservaban su variedad y diversidad. Durante la Edad Media se combinaron los sistemas constructivos, el trilítico griego y el uso de bóveda romano. Viollet-le-Duc decía que se basaba en las fuerzas mecánicas, empleando los materiales según su naturaleza, buscaban el equilibrio activo. En las obras góticas, las necesidades se convertían en motivos de decoración, cada detalle evidenciado, y la construcción mandaba sobre la forma. La arquitectura racionalista puede ser apreciada como una de sus corrientes en los análisis que realizaba de edificios góticos, comparándolos con los reticulados de su época. Viollet-le-Duc analizó el gótico en un sentido total, a diferencia de otros autores.
Su teoría culmina en la identificación de la arquitectura de hierro y su técnica con la expresión, o su relación de causa y efecto. Viollet-le-Duc fue quien presentó una concepción revolucionaria de estética de finales de su siglo, en la que la técnica se relaciona directamente con la belleza. Su influencia en la arquitectura de Francia, Italia, Bélgica y Holanda, se reflejó en todos los niveles de la práctica.
Los escritos y trabajos de restauración de Viollet-le-Duc abarcaron la restauración y la crítica arquitectónica y tuvieron mucha influencia y difusión en su tiempo. Viollet-le-Duc fue el restaurador de los edificios góticos como dice Pierre Francastel “el pionero del funcionalismo”, ya que entendió una persistencia de principios en la arquitectura del pasado, sobretodo en el orden constructivo y formal. Estos elementos indujeron a que formara una teoría basada en la universalidad de tales principios. También, su interés por el gótico medieval se da por las relaciones entre el fenómeno constructivo y los aspectos políticos, sociales y organizativos de esa época. O bien, en las causas de ese estilo, que se consideran fundamentales para la cultura moderna. Por otra parte, algunos de sus escritos también refleja ideas generales mientras la otra parte hace deducciones basadas de sus experiencias arqueológicas y de sus excursus historicos sobre la arquitectura. Su conocimiento del arte gótico lo llevo a ser restaurador de obras de este estilo. Debido a esto, fue uno de los primeros en estudiar e intervenir en ese patrimonio artístico que constituye la arquitectura gótica francesa que se encontraba en condiciones de abandono en la primera mitad del siglo XIX. En cuanto al arte medieval, se distingue según Viollet-le-Duc, por su carácter social. Los escultores, pintores y arquitectos medievales fuero los primeros “apóstoles de la redención de las clases oprimidas” mientras que la nueva clase de arquitectos, técnicos y artesanos se redime con el arte de la antigua servidumbre feudal. Es decir, hace resaltar el hecho que la Edad Media ha asimilado y mezclado dos sistemas de construcción antiguos, el griego, trilitico y el romano. Estos dos sistemas surgieron en el gótico que fue ignorado en la Antigüedad. Por otra parte, como observa Pierre Francastel, Viollet-le-Duc introdujo “una nueva noción en las teorías estéticas, la del dinamismo de la materia que traduce plásticamente las nuevas posibilidades abiertas por la técnica de la arquitectura”. Con esto se refiere al empleo del hierro o el avance de las matemáticas, todo esto resulta a una belleza directamente relacionada al uso de las técnicas. Es por eso, que se le considera como la primera contribución a al integración entre el arte y la técnica.